Debido a la delicada situación en la que
se encontraba el país, Dorothea Lange, una mujer viuda, de clase media alta y
desempleada, decidió participar de un concurso de fotografía en el cual la
consigna era representar el momento actual de la mejor forma posible ya que
quien ganara sería contratado como fotógrafo del diario local y su fotografía
sería publicada en el mismo.
Ella fue recorriendo muchas partes de su
gran país que se extiende ampliamente de Este a Oeste. A lo largo del extenso y
agotador viaje que emprendió, tomó varias fotografías pero ninguna la terminaba
de convencer. Hasta que aquella tarde del 27 de Octubre en un pueblo llamado
Nipomo cuando caminaba entre los campamentos de inmigrantes, se encontró a una
mujer (Florence McIntosh) con tres de
sus siete hijos y le dijo:
-
Disculpe, ¿Le podría tomar una fotografía con sus hijas? No se preocupe, su
nombre no será publicado.
-
Claro que sí, pero no sé si las niñas estarán de acuerdo – Respondió la mujer.
Ellas, avergonzadas, se taparon la cara
con el cuerpo de su madre mientras que esta amamantaba a la tercera que estaba
en sus brazos.
Una vez tomada la foto, Dorothea se
retiró y ansiosa esperó a revelar la imagen.
Ya terminado el concurso, su imagen fue
nombrada la mejor de todas, se ganó el empleo que tanto necesitaba, quinientos
dólares, y también la nombraron la fotografía del siglo. Ella la nombró “Madre
inmigrante”.
¡Mejor, Juan! ¡Muy bien!
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