martes, 22 de septiembre de 2015

Movimientos migratorios - La vida de Karmo: Ejercicio N° 10

Tras recibir la llamada de Momo, Karmo se muestra muy contento y se pone a festejar el hecho de haber hablado con su hermano. Luego de este hecho finaliza el libro dejándonos un final abierto ya que le permite al lector cuestionarse e imaginar un montón de cosas eludidas en la novela. Por ejemplo podemos suponer que Momo llega a Buenos Aires, empieza la escuela, se acostumbra lentamente al idioma y adopta las costumbres de Argentina. Mientras que Karmo consigue empezar a trabajar en blanco como el botones del hotel en el cual le habían ofrecido trabajo, poco a poco, ahorra para un departamento donde vivir apropiadamente con su hermano y se reconcilia con Lucía y su familia.
Otro final podría ser que Momo llega a Argentina pero se pelea con su hermano por algo que en verdad no tiene mucho sentido y decide mudarse a Uruguay. Mientras que Karmo no consigue el trabajo en el hotel, sigue trabajando en negro en el lavadero de autos, se convierte en un ladrón coleccionista de posa vasos y se hace drogadicto junto con su compañero de cuarto en ese mugroso hotel.

sábado, 15 de agosto de 2015

La muerte de Betty y su nieto Jorge

Jorge estaba caminando por la calle un día de lluvia cuando volvía del trabajo. Entonces, se puso a pensar en su abuela Betty: se le volvían a la cabeza esas feas y claras imágenes de cuando la habían dejado en el manicomio con sus padres.
            Dos años más tarde, luego de una intensa terapia de recuperación, los médicos y psicólogos del lugar consideraron que ya era capaz de volver a su casa, por lo que su enfermera Rita Ester le dio el alta y le permitió hacer una llamada a un conocido para que la pasaren a buscar. Pero ella sabía que ya nadie la quería debido a su locura t a pesar de llamar a su hija Gladys, no consiguió respuesta.
            Decepcionada por su hija, Betty salió del manicomio a las 10:52 y sabía que caminando a la velocidad de una señora de 80 años, tardaría, al menos, 20 minutos.
            A solo una cuadra y media de su casa, un auto que venía a alta velocidad frenó dos casas delante de ella y, mientras seguía avanzando, el conductor se bajó rápidamente y pasó en sentido contrario a ella por su derecha. En cuanto pudo escuchar unos pasos que la seguían sintió un brazo que la tomó por la cintura mientras que otro que sostenía un trapo con un olor muy peculiar le tapó la boca.
Después de un indefinido sueño, despertó en un lugar sin ventanas encerrada dentro de una jaula gigante como si fuera un gorila tratando de averiguar dónde estaba, qué hora era y qué motivos la llevaron a estar allí, de repente apareció un señor de apariencia rara de unos 40 años quien se presentó como Beto Gallese y le explicó que estaba secuestrada y que no tenía ni la mas mínima intención de dejarla ir.
Tras unas horas Rita decidió llamar a la casa de Betty para asegurarse de que había llegado bien a su casa. Pero, al no encontrarla llamó a la casa de su hija Gladys y contestó Jorge, el nieto de Betty ya que ninguno de sus padres estaba en casa.
Al enterarse de la desaparición de su abuela se puso a investigar y casi como un detective de película logró dar con el paradero de Betty en menos de 72 horas, logró llegar a la casa de Beto, meterse por la ventana de atrás, que siempre estaba abierta, y revisar toda la casa hasta llegar al sótano donde se encontró con su abuela golpeada y ensangrentada.

Ellos empezaron a dialogar sobre lo que había sucedido y como la venia torturando Beto, cuando, de pronto, se escuchó un portazo y después lo único que se escuchó fue el ruido del viento contra los arboles y la forma en que la noche se agitaba cual avispero y la silenciosa sombra de Beto anunciaba lo peor. Él mostró su arma y con una sola bala el pecho de Betty quien murió al instante, y segundos después Jorge cayó muerto sobre sus rodillas y a pesar de no ganar mucho con la decisión que había tomado, terminó con la situación.

viernes, 10 de julio de 2015

La desaparición de jóvenes durante su adolescencia

            El 70% de los adolescentes que desaparecen, en realidad, se escapan por su propia voluntad y esta acción viene sucediendo hace décadas. La pregunta es: ¿Por qué sucede y cómo podríamos solucionar este problema? Esto sucede, por un lado, debido a la forma en que los padres tratan a sus hijos y, mejorando esta relación, se podrían disminuir los casos. El hecho de irse significa salir a pedir ayuda.
            Se estima una cifra de 1.125 adolescentes que escapan de sus casas en la Ciudad de Buenos Aires por año, estadística que se mantiene así desde 2010 según el Registro de Chicos Perdidos del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Gobierno porteño.
            El 95% de los adolescentes que desaparecen o se van de sus casas son ubicados tras dos o tres días de búsqueda, informa el Consejo y la mayoría de ellos tiene entre 15 y 17 años. Generalmente son mujeres. Además, de acuerdo con la señora Tagliaferri, la titular del consejo, explica que naturalmente tres chicos por día se van de su casa en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
            La causa de todo esto es mayormente por la culpa de los padres de las victimas por varios motivos: 1) Por maltrato familiar, tanto hacia el hijo como hacia otro integrante de la familia lo que produce un dolor indirecto en el adolescente y produce una sensación que hace que se quiera ir; 2) La falta de comunicación, que hace que los chicos se sientan incómodos o tristes al no poder explicar lo que les pasa o lo que sienten. Al no poder encontrar solución a este problema se van de su casa a la de alguien que si los pueda comprender, como a la de un amigo o un tío, es decir, que la acción de fugarse es un modo de comunicar una situación que no puede ser expresada de otra forma; 3) Muchas veces los padres imponen ciertos límites sin explicación a través de los cuales muchas veces le expresan a sus hijos un miedo de ellos a  perderlos o para sobreprotegerlos, mensaje que algunos chicos no entienden o hacen sentir mal a los hijos y deja como resultado la fuga de su casa.

            Un buen final no es el hecho de que el adolescente vuelva a su casa, sino que vuelva a un lugar donde pueda ser comprendido por la gente que los rodea. Esto se puede llevar a cabo mejorando la comunicación entre padres e hijos o llevando a los hijos con una familia adoptiva o a vivir con sus tíos o abuelos. Por “mejorar la comunicación” no se tiene que entender como el hecho de preguntarle muchas cosas agobiando al hijo y metiéndose en su intimidad, hay que preguntar solo las cosas necesarias y saber interpretar la forma en que lo dice, prestarles más atención y tratar de buscar mensajes entre líneas a través de emociones u otros tipos de señales. También hay que demostrar que la acción de cuidar no es lo mismo que controlar a los hijos. La creciente independencia de los hijos es saludable. Es importante que algún día partan y forjen su destino. Para esto, paradójicamente, deben confiar en su raíz, y no huir de ella.

miércoles, 29 de abril de 2015

Crónica periodística humorística

7 de agosto de 2015                                                                                                                           Diario Crónica

Fuga de gas durante una conferencia de prensa.
ACCIDENTE INESPERADO DURANTE UNA AUDIENCIA EN METROGAS

Edificio donde sucedió el hecho


Afortunadamente no hubo heridos, no se tuvo que llamar a las ambulancias, ni a la policía ni a los bomberos cuando en la tarde del pasado sábado 4 de abril, durante una larga jornada de preguntas y respuestas, el único escape de gas que se produjo fue una pequeña cantidad de “metano” despedido por Roberto Benítez, el actual director de la compañía Metrogas.
            Cuando alguien está muy nervioso antes de un discurso, una entrevista de televisión o una rueda de prensa comienza a pensar en las cosas que podrían salir mal, cómo evitarlas o cómo afrontarlas en caso que sucedan. Pero no mucha gente piensa en la siguiente situación y seguramente a nadie le hubiera gustado estar en los pantalones del pobre Rodolfo quien probablemente haya sufrido la mayor vergüenza de toda su vida luego de que en todo el auditorio, sonara como una corneta, la flatulencia que despidió durante la reunión.
            “Faltaban tan solo cinco preguntas y terminaba la conferencia pero en la última que respondió o mejor dicho, que quiso responder, no pudo aguantar más y se le escapó un olor a persona muerta desde hace días y una bocina de camión que hizo retumbar todo el lugar”, explicó un periodista que se encontraba presente en la primera fila del anfiteatro donde se llevaba a cabo la reunión. Otro de los testigos decía que había visto al director rojo como un tomate antes de finalizar la rueda de prensa debido al incidente.
            “Estaba respondiendo a una pregunta sobre la nueva forma de evitar las fugas de gas cuando de repente sentí que me tembló hasta el cerebro y lo tuve que expulsar por miedo a que explotara dentro de mí. Afortunadamente, la mayoría de las personas pudieron entender mi problema y me ahorré muchas explicaciones a pesar de que en ese momento me sentí avergonzado frente a la gente y salí de escena por la izquierda del público, que había interpretado el peor papel de mi vida.”, le contó Roberto a otro periodista del diario casi entre lágrimas. Él estaba muy agradecido de que no lo hubieran despedido a pesar del infortunio que había reinado la tarde de ese sábado en la sala de conferencias de la compañía Metrogas. 
En el momento en que estaba contestando una pregunta sobre fugas de gas, irónicamente se le escapó una flatulencia que finalizó con la entrevista y permitió una amplia cantidad de comentarios que a nadie más que a Roberto le gustaría borrar de su cabeza para siempre.

jueves, 2 de abril de 2015

Problemas de delimitación de fronteras Argentina-Brasil

Al querer marcar la frontera Misionera entre Argentina y Brasil hubo varios problemas y desacuerdos que se debían solucionar de la forma más rápida, efectiva y pacíficamente posible.

http://es.slideshare.net/juan2511/problemas-de-delimitacin-de-fronteras-argentina-brasil-46955704